Igualdad en el reparto de las tareas del hogar.

La desigualdad parte de las costumbres y tradiciones propuestas a través de la educación que nos transmitieron antaño. Hace varios años lo tradicional era que la mujer se encargase de las tareas del hogar y el cuidado de los hijos mientras que el hombre salía a trabajar para mantener la familia. Ante la educación tradicional, muchas de ellas se veían en la tesitura de elegir entre su carrera profesional o la decisión de ser madres y esposas dedicadas a las labores de la crianza y el cuidado de la familia, desde una posición de inferioridad hacia el hombre.

Hoy en día, esos roles han evolucionado mucho. La mujer se ha unido al mercado laboral para desarrollar su carrera profesional combinando su vida profesional con la familiar haciendo algarabías para poder llegar a todos los ámbitos. La casa, los niños y el trabajo requieren de una gran conciliación de la vida familiar y laboral y ante el estrés que esto supone para el sexo femenino, las administraciones públicas crean planes de igualdad basados en el alcance de objetivos de la eliminación de la discriminación por razones de sexo e intentan a través de campañas sociales concienciar conductas de inclusión que favorezcan la igualdad de sexos.

La RAE (Real Academia de la Lengua Española) también se involucra, reconociendo la @ como recurso gráfico para integrar los dos géneros dando portazo al uso genérico de las expresiones.

Son muchos los cambios que se están realizando desde la prevención, evitando así conductas poco convencionales y machistas para conseguir la integración de la mujer en igualdad. Somos las mujeres las que desde nuestros hogares tenemos la responsabilidad de compartir las tareas domésticas enseñando a nuestros hij@s (independientemente de su sexo) a no hacer diferencias y ser tratados por igual, respetando sus derechos, pero a la vez hacerles partícipes de sus deberes y obligaciones. Enseñarles a recoger su cuarto y mantenerlo ordenado, cocinar o limpiar, les otorgará el día de mañana el poder de la independencia doméstica, ya que no necesitarán a nadie que lo haga por ell@s. La mejor forma de aprender es a través del ejemplo, compartiendo las tareas del hogar en familia haciendo partícipe a la pareja, con el fin de inculcar que es responsabilidad de tod@s el orden y la limpieza del hogar y responsabilidad de la pareja el cuidado de los hijos y su educación.

La igualdad es sinónimo de integración, de nuevos roles que marcan el comienzo de la equidad necesaria para contrarrestar el desarraigo producido por el patriarcado y enterrar de una vez por todas, la brecha de género.

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